Si este tipo de filtro no es sustituido con regularidad, el aire del habitáculo no puede regenerarse, ni tampoco pueden ser eliminadas las impurezas que contiene, como el polvo o el polen. Aunque no afecta directamente a la seguridad del vehículo, si puede ocasionar alergias en el conductor y provocar un accidente.
Además, el escaso mantenimiento y sustitución de este elemento puede afectar al rendimiento de los vehículos equipados con aire acondicionado, provocando averías en el circuito cerrado del mismo debido a la saturación del filtro.
Sustitución: La recomendación más general es reemplazar al menos una vez al año, especialmente en áreas urbanas o caminos no asfaltados, y si se realiza una utilización intensiva del aire acondicionado.